Con esto de que no me sale trabajo, acompaño al German en todos sus viajes. Mientras el está reunido, yo me dedico a pasear por el pueblo que toque. Esta semana ha tocado una pequeña aldea donde soy la única blanca o mzungu de la zona y posiblemente, la unica que hayan visto en mucho tiempo, es más, me pregunto si no estaré descubriendo yo solita una civilización y deberían ponerle mi nombre.
Mientras estoy pensando cual sería la mejor forma de inaugurar el pueblo, si debería traer una banda que tocara pasodobles o una fusion africano-española, me doy cuenta de que un niño de unos 3 años no deja de mirarme, le sonrío y espero que me sonría de vuelta cuando... se agarra desesperado a la falda de su madre y se pone a llorar muerto de miedo.
Supongo que soy la version africana del "hombre del saco"
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